Williams es claro. No usó nunca esteroides, dice, y, si es que algún día le tocase votar para el Salón de la Fama, no premiaría a nadie que haya consumido sustancias prohibidas.
“Votaría en contra de ellos”, dijo el expelotero boricua, uno de las luminarias latinoamericanas que serán exaltadas hoy al Salón de la Fama del Béisbol Latino. “Realmente sí, votaría así, solo por el hecho de que hubo muchos otros peloteros que sacrificaron, como yo, que sacrifiqué mi cuerpo, jugué muchas veces con lesiones y siempre me dije que no iba a meterme nada de eso”.
El boricua no se arrepiente absolutamente de nada durante sus 16 temporadas de carrera en las Grandes Ligas, pero hoy hay algo que mueve un raro sentimiento en su corazón.
Haber jugado en la época sindicada como la era de los esteroides es algo que en cierto modo empaña la carrera de aquellos que le hicieron un culto a la pureza del juego.
“No es muy justo que peloteros como yo tengan que estar vinculados a esta época, donde somos culpables por asociación”, consideró el cinco veces campeón con los Yankees. “Es injusto, pero es parte del deporte, de la historia.
Puedo decir que me retiré y puedo mirarme al espejo y decir que terminé mi carrera sin hacer trampas, que lo hice bien, al natural, porque no necesité sustancia controlada”.
Salón de la Fama
Williams agotó su primer año de elegibilidad en la boleta para ingresar al templo sagrado del béisbol de liga grande. Sus votos (9.6%) no fueron los requeridos para entrar a la inmortalidad, pero sí los suficientes para permanecer en la hoja de votación.
Sin embargo, eso es algo que no ilusiona del todo al expelotero, quien está consciente que no puede controlar los votos de los miembros de la Asociación de Escritores de América.
“Estoy contento con la carrera que tuve. Emocionalmente me siento bien, porque no lo puede haber hecho mejor”, apuntó. “No me puedo quejar de mi carrera, fui parte de equipos campeones de Serie Mundial, tuve relaciones amistosas tremendas con peloteros que hoy son mis amigos y jugué con la franquicia más importante del deporte que son los Yankees”.
El cinco veces “Todos Estrellas” terminó con .297 en promedio de bateo, 287 cuadrangulares y 1,257 carreras remolcadas en 16 estaciones con los Yankees.
Pedro, el más difícil
Pedro Martínez dijo recientemente que el boricua Edgar Martínez había sido el pelotero más difícil de enfrentar durante su carrera en las Grandes Ligas. Williams, compatriota de Edgar, no vacila al momento de señalar cuál fue el lanzador más duro de adversar.
“Pedro Martínez, sin dudas”, dijo el ex jardinero sin pensarlo dos veces. “Fue un pelotero con el que teníamos que estar al mejor nivel de nuestro juego para enfrentarlo. Nos preparábamos muy bien, porque sabíamos que iba a ser una noche difícil, aunque siempre nos daba alguna oportunidad como ser un humano que es. Pero si desperdiciábamos esa oportunidad, iba a ser una noche bien larga”.
El puertorriqueño no tiene dudas de que el dominicano irá al Salón de la Fama de Cooperstown en el primer año de elegibilidad. Martínez es elegible para entrar al pabellón de la inmortalidad en el año 2015.
Orgulloso de ser inmortal latino
Williams mostró su agradecimiento por formar parte de la clase de 2012 de los exaltados al Salón de la Fama del Deporte Latino, ceremonia que se llevará a cabo hoy en el Anfiteatro de Altos de Chavón
“Es un sentimiento de mucho orgullo el que siento, estoy muy contento y un poco sorprendido”, dijo. “Eso quiere decir que no pasé por las Grandes Ligas sin que nadie se diera cuenta”.
Lo único que lamenta es que su fallecido padre no podrá estar presente en el acto de mañana, pero a la misma vez su madre, Rufina Figueroa, y su hermano, Hiram Williams, sí estarán representando a su progenitor en este día tan especial para toda la familia.
Tony Peña será exaltado esta noche
Tony Peña es el único dominicano que será exaltado en la ceremonia de esta noche. A Peña se le vio sonriente y feliz por el honor que representa para él entrar a la inmortalidad del béisbol latino en la clase de 2012.
El ganador de cuatro Guantes de Oro pronunció palabras muy motivadoras durante el conversatorio celebrado ayer con las luminarias asistentes a esta actividad.
“El juego de béisbol es un juego de oportunidades y a veces el juego nos la cierra, pero nosotros somos unos batalladores”, apuntó el coach de la banca de los Yankees de Nueva York. “Todas estas personas que estamos aquí hemos batallado para poder llegar a donde hemos llegado y no hemos dejado que nadie nos separe de nuestros sueños”.
Además del ex dirigente de los Reales de Kansas, el panameño Benjamín Oglivie, los boricuas Bernie Williams y Luis Tite Arroyo, el venezolano Jesús (Manny) Trillo, el cubano Tony Oliva, el mexicano Aurelio Rodríguez, el ex gerente general de los Azulejos de Toronto y de los Filis de Filadelfia, Pat Gillick, y el ex presidente de los Tigres del Licey, Ernesto (Monchín) Pichardo serán inmortalizados esta noche en este tercer ceremonial.
El ganador de cuatro Guantes de Oro pronunció palabras muy motivadoras durante el conversatorio celebrado ayer con las luminarias asistentes a esta actividad.
“El juego de béisbol es un juego de oportunidades y a veces el juego nos la cierra, pero nosotros somos unos batalladores”, apuntó el coach de la banca de los Yankees de Nueva York. “Todas estas personas que estamos aquí hemos batallado para poder llegar a donde hemos llegado y no hemos dejado que nadie nos separe de nuestros sueños”.
Además del ex dirigente de los Reales de Kansas, el panameño Benjamín Oglivie, los boricuas Bernie Williams y Luis Tite Arroyo, el venezolano Jesús (Manny) Trillo, el cubano Tony Oliva, el mexicano Aurelio Rodríguez, el ex gerente general de los Azulejos de Toronto y de los Filis de Filadelfia, Pat Gillick, y el ex presidente de los Tigres del Licey, Ernesto (Monchín) Pichardo serán inmortalizados esta noche en este tercer ceremonial.
Williams, Felipe y un desayuno memorable
Bernie Williams compartía desayuno en una mesa con Felipe Alou, Luis Tiant, Orestes (Minnie) Miñoso, Tony Oliva y Benjamín Oglivie. El boricua, retirado del béisbol hace cinco años, no podía creer que vivía ese especial momento. Fue algo jamás imaginado por él y bajo ninguna razón quería echarlo a perder.
“Lo siento, este es un momento muy especial para mí”, fue la respuesta del expelotero boricua Bernie William cuando elCaribe le abordó para pedirle una entrevista.
“No me puedo perder esto”, espetó en tono amable y sincero. No era para menos. Desde las antiguas anécdotas de Alou hasta los interminables chistes de Tian, el desayuno fue todo lo que un mortal desea tener en una mañana invernal.
“Lo siento, este es un momento muy especial para mí”, fue la respuesta del expelotero boricua Bernie William cuando elCaribe le abordó para pedirle una entrevista.
“No me puedo perder esto”, espetó en tono amable y sincero. No era para menos. Desde las antiguas anécdotas de Alou hasta los interminables chistes de Tian, el desayuno fue todo lo que un mortal desea tener en una mañana invernal.
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