jueves, 2 de julio de 2015

Llegan a millonario y cometen errores

Carlos MartínezSD. Bancarrotas, asesinatos, prisión, decepción, violencia doméstica, fracasos, alteraciones de documentos, accidentes, corrupción, robos, cancelaciones, FBI y otros adjetivos nada agradables salen a relucir de inmediato cuando se observa el desenlace de una cifra considerable de los 60 jóvenes dominicanos que entre 1998 y 2014 recibieron bonos millonarios de equipos de las Grandes Ligas.


Con la apertura hoy del mercado de firmas 2015-2016, más de una decena de adolescentes criollos pasarán a engrosar la lista de ricos en dólares, con tres de ellos coqueteando con bonos de más de cuatro millones.

La falta de madurez para manejar tanto dinero y fama repentina (con todo y lo que esto trajo) desenfocó a muchos de estos "diamantes en bruto", al punto de que algunos erosionaron sus fortunas y salieron del negocio en menos de cinco años. 

Ángel Villalona, a quien los Gigantes dieron US$2,1 millones en 2006, estuvo preso acusado de matar un hombre en La Romana; Luis Enrique Acosta (US$1,1 MM con los Cachorros en 2011) guarda prisión en Cotuí acusado de formar parte del grupo que asesinó al ex viceministro de Energía y Minas, Victoriano Santos y su hijo Víctor Santos, en febrero pasado.

En el rosario de casos que tocaron vibras, sobresale el de Esmailyn González, cuyo reclutamiento por US$1,4 millones en 2006 por los Nacionales, destapó un escándalo que provocó la salida del gerente general del equipo, Jim Bowden (hoy analista de ESPN), y directivos en el país como José Rijo y José Báez. 

Gran parte del dinero del bono supuestamente nunca llegó a las manos del joven banilejo, que resultó ser tres años mayor y su nombre real es Carlos Álvarez. No fue el único caso en el que se infló su potencial para alterar el valor del bono y repartir parte del dinero entre directivos del equipo e intermediarios.

Por debajo de lo que se proyectó también han quedado: Wily Mo Peña (US$2,2 MM), Willy Aybar (US$1,4), Joel Guzmán (US$2,2), Fernando Martínez (US$1,4), Rafael Rodríguez (US$2,2), Kelvin de León (US$1,1), Ricardo Aramboles (US$1,5), Jharmidy de Jesús (US$1 MM), Kelvin de León (US$1,1) y Carlos Triunfel (US$1,3). 

Mihcael Ynoa, un zurdo que en 2008 recibió US$4,2 millones de los Atléticos, nunca ha lanzado a nivel de doble AA y en la actualidad trabaja en rol de relevo en clase A de los Medias Blancas de Chicago con marca de 0-2, 2.95 de efectividad, cuatro rescates y un WHIP de 1.69.

¿Un cambio?

Pero al parecer la experiencia ha sido asimilada por la mayor parte del grupo que ha sido reclutado en el último lustro. 

Es lo que dice el desempeño en las ligas menores de figuras como Nomar Mazara (US$4.9 millones), Miguel Ángel Sanó (US$3,1 MM), Elier Hernández (US$3 MM), Amed Rosario (US$1,7 MM), Adalberto Mondesí (US$2 MM), Rafael Devers (US$1,5 MM) y Adrian Rondón (US$2,9 MM), firmados entre 2009 y 2014.

El alumno más sobresaliente de esta nueva camada es Carlos Martínez. Los Cardenales dieron un bono de US$1,5 millones en 2010, ya en 2013 estaba en el equipo grande y en la actualidad ocupa un puesto en la rotación con marca de 9-3 y 2.80 de efectividad. 

Desde 2009, cuando los prospectos firman, reciben asesoría financiera y una serie de charlas que buscan orientarlos sobre cómo administrar el dinero y manejarse. Las experiencias negativas de sus antecesores son usadas como referencias. NPerez@diariolibre.com

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