Toda serie final se merece un juego como el que protagonizaron la noche de este jueves los Leones del Escogido y las Águilas Cibaeñas. Era el quinto enfrentamiento en la disputa por el título.
Fue un partido de esos que hacen contener el aliento de los fanáticos, que provocan el latir trepidante de la afición. No hubo nada seguro para nadie hasta que se completó el último out.
Las cuyayas echaron un pulso de tú a tú con los capitalinos. No dieron su brazo a torcer y dejaron todo el poder para el final.
En un choque que parecía una montaña rusa por el constante sube y baja en el marcador, los melenudos salieron delante al hacer una carrera en el segundo inning. Los cibaeños ripostaron con una anotación en su próximo chance. Los escarlatas marcaron 2 más en el quinto. Las Águilas empataron a 3 en el sexto. Los citadinos agregaron una en el séptimo. Los del Norte los imitaron en el octavo. Acto seguido, los rojos agreraron otra a su cuenta.
En la novena entrada el encuentro estaba 5 a 4. Parecía que los Leones iban a poner la serie a punto de mate. Pero Miguel Tejada, el jugador insignia de las Águilas, tenía algo que decir al respecto. Abrió el inning con una línea candente a los jardines. Fue el comienzo del fin.
Los amarillos supieron aprovechar a un inusualmente descontrolado Fernando Rodney, así como un error del guardabosque derecho Andy Dirks. Voltearon la pizarra y pasaron a dominar 8 por 5. El Escogido no pudo responder más.
Los dirigidos por Félix Fermín parecen haber entrado en ritmo. Han ganado 2 partidos consecutivos luego de estar abajo 0-3 en la serie. Su espíritu aguerrido ha comenzado a ponerse de manifiesto y se les ve con más determinación y entrega sobre el terreno de juego. Ayer hicieron lo que no habían podido lograr en toda la serie: batear.
Los escarlatas van por el camino opuesto. Han dejado escapar una ventaja que los tenía muy cómodos. Quizás demasiado para mantenerse con la intensidad y el foco al nivel que se necesita para obtener un campeonato. Resta ver cómo reaccionarán tras ser sacudidos. Han sido traídos por los moños de vuelta a la realidad: esta es una guerra que no acaba hasta que se acaba.